Xto son 3 komidas de tarro kolektibas ke markaron un hito en la literatura prekataklismika Las ovras mas transzendientes en la filosofia de los lividios.
Indice de la pàgina
- Advertencia
- Rapsodia trigonoflatika a un guonderful paisaje feliz :-)
- Rapsodia trigonoflatika de los malditos paranoikos en DisneyWorld
- Rapsodia trigonoflatika a los primeros fliboides calentorros
Pekenia Advertencia
Los tekstos aki xpuestos fueron realizados en dias de puto hastio i les sobra un poko de azidez. Por esto, puede ser ke xtas tres obras maestras, no sean del agrado del lector. Se akonseja akompaniar el limon con un pokillo de tekila. ;-)
- Vokimon.
RAPSODIA TRIGONOFLATICA A
UN GUONDERFUL PAISAJE FELIZ
El campo era color caquita, mil florecillas pachuchas se pudrían entre formosas huellas de motos en la moqueta de verdoso barro juguetón. Un jilguero graznaba graznidos de socorro con armon¡a sin par en un poste de la luz con nudos suntuosos del cual colgaban dos sabrosas manzanas podridas que esperaban el bus de las once y once, o bien ser degustadada por un catador de sidra o bien por unos labios descarnados, dientes de marfil y larga trompa.
Las aguas de silicona del riachuelo borboteaban cantando heavy metal. Los meandros del riachuelo se peleaban como tus sebosas caderas cuando intentas estruendosamente bailar breakdance. Las piedras del riachuelo... ¡Que! ¿Y si dejamos ya el riachuelo de las narices? Una fresca aroma a olor malo un tanto fetido se daba un voltio por el aire penetrante.
El jilguero dejo de graznar graznidos de socorro con armonía sin par lo cual significa que un avispado gamberrillo utilizo su escopeta de balines para librarse de un certero dolor de cabeza.
Los ciervos y los renos pugnaban en pegajoso celo una pugna magnanima y unanime por las gacelas que se movían gacélicamente mascando, como si fuera goma de mascar chicle, pequeñas hierbecitas del bosque que asomaban la cabeza sin saber el terrible destino que les acechaba. Tambien las piñas florecian como pus que sale cuando te petas un grano y te queda la cara hecha una asquerosa pizza. Los pajaritos repugnantes se limpiaban las legañas con resina y se les quedaba los ojos inyectados en sangre coagulada y por eso cuando volaban dibujaban piruetas dignas de alguien al que le acaban de poner un supositorio de cibalgina y tiene un estreñimiento de cuidado.
Las nubes... las nubes... las nubes... ¡¿Quien se ha llevado las nubes?! Al fin una perfecta mano, la del narrador, con unas metálicas tijeras, corta la espesa capa de porquería que no dejaba ver las putas nubes. Eran como el algodón de azúcar: igual de dulces, igual de esponjosas... e igual de enganchosas.
Todo restaba así, en paz y tranquilidad y entonces van los USAkas tiran un petardo nuclear y se va todo a hacer puñetas para la corte francesa del siglo XVIII.
- David 'Vokimon' García
- Jose Maria 'Krapula' Villaverde
RAPSODIA TRIGONOFLATICA A LOS
MALDITOS PARANOICOS EN DISNEYWORLD
La vida es un gran abismo en que nos precipitamos y continua siendo el mismo aún si lo disfrazamos. Caemos sin aviso, sin temor a la locura. ¿Qué es la locura, pues, sino una evasión de la vida como esencia pura? ¿Qué es sino es maquillar la monotonía para poder resistirla, el no soportarla?
¡Caigan los muros ante la locura, un saliente sólido en el barranco al cual se ha enganchado un tirante y nos deja con vértigo suspendidos ante un supuesto infinito que no es! ¡Viva los tirante que nos sujetan los pantalones y evitan el escándalo publico!
Si se desmorona la locura y suelta el tirante, quedamos, al fin, pachuchos, chafados, con las tripas esparcidas como setitas en el bosque. Así, extendidos como el agua cuando se extiende en el suelo, restamos con la lengua en pose burlesca y con los ojos mirando a Dios sabe dónde. Y todo por desmoronarse la locura que es una base firme aunque ya podía serlo más pues vaya ¡PLAS! que ese tipo hacía al toparse contra el suelo.
Nuestra sociedad nos incordia, nos roe, nos fastidia y nos PIIII! tanto que nós no nos osamos a no osar contestar sus ofensas pues grandes son estas e impunes no quedaran. Esa sociedad que ya no es nuestra la mandamos a hacer peras al vino y, como nos gusta ser originales, hacemos otra que nos incorde, nos roa, nos fastidie y no nos PIIII! tanto que nós no nos osaremos a contestar sus ofensas pues grandes son estas e impunes no quedaran. Agotado el mercado de sociedades creamos una que no lo es que no nos incordia, que no nos roe, que no nos fastidia y que no nos jode (Esta se l'ascapao a la censura) Esta pseudo-sociedad todios esta majara, no intenta dar orden a nada pues la belleza, la locura, esta en cada cosa tal cual es cuando cae al suelo y se queda en medio.
Los calcetines que dejé anoche en el suelo antes de acostarme son antiestéticos. Pero no son antiestéticos porque estén en medio sucios y deshilachados sino porque huelen mal. He ahí que la locura y el desorden son belleza aunque no lo es, sin embargo, el mal olor.
- Vokimon García
- Krapula Villagreen
RAPSODIA TRIGONOFLATICA A
LOS PRIMEROS FLIBOIDES CALENTORROS
La cuestion la invencion del fuego es de cronologia dudosa. Unos paleontologos opinan que no es obra del homo habilis sino que ya el homo erectus había aprendido a utilizarlo. Otros opinan que fue sin duda el homo habilis quien lo hizo. Aunque no podemos demostrarlo, es muy posible que sea esto último pues, en los yacimientos en que se encontraron restos de hogueras, tambien se encontraron restos de esta especie. Esta tesis, como cualquier otra, es cuestionable ya que en la mayoria de estos yacimientos se han ido descubriendo tambien restos fosiles de homo habilis aunque no en todos.
Esto nos lleva a suponer que, en realidad el tiempo no es lo que parece si el homo habilis data cuatro millones de años y el erectus solo tres. Teniendo en cuenta que parece que el erectus es anterior al Homo habilis es necesario considerar que se produjo un desdoblamiento temporal: Por un lado el Homo Habilis estaba calentorro por que tenía fuego, y en consecuencia adquirió esa habilidad manual que le dió el nombre; por otro lado, el Homo Erectus también controlaba el fuego y tambien estaba calentorro, lo que el Homo Erectus no pudo controlar fue el volumen de su paquete.
- Vokimon García