Klup de Karteadores Ezkizofrenetikos Perdios
Gran Libro de las Krapulosidades i Posesiones de la Notxe de la Genesis Mistica
Ayer en Makropolis corrimos mucho y casi perdemos el tren. En el tren conocimos al Gran Bartolo Miux y se hizo muy gran amigo nuestro, aunque era un poco pellejo pero no importa. Intentaba ligar con nosotras y nos explicó su vida. Esto es un pequeño resumen de lo que nos explicó aunque sinceramente, pasamos de el todo el rato y esto es pura invención.

tercera gran multihistoria
el gran bartolo miux

Habían pasado dos días lloviendo sin parar y prezisamente paró cuando el Gran Bartolo Miux, comandante de una tropa de pulgas en el Báltiko, zarpó en su Ford Fiesta desde la A7.

La tarde cayo en la ciudad. El Gran Bartolo Miux también, pues alguien puso una piel de conejo en la cubierta, y se chafó la tapizería.

-¿Quién ha sido?

Nadie contestó. La vida era muy dura en el navío Ford Fiesta así que prefirieron callarse. Pero incluso en momentos como ese, en medio de aquel silencio casi masticable, la dura vida ofrecía sorpresas:

Apareció Manoli "la coja".

Ella, que así querían que la llamaran, padecía una enfermedad congénita que le hacía caminar con una pierna sobre la acera y la otra sobre el asfalto. Por eso era "la coja". A pesar de ello, de su estrabismo pronunciado y de tener unas piernas velludísimas, los chicos la kerían. Su reputación la precedía.

Estaba en la parada del bus pero no esperaba el bus sinó al comandante del coche rojo. Ella subió al coche y se fueron a la makroparrokia. Sus kuvatas, sus bailes y, komo no, sus borracheras.

Salieron de la makroparrokia y se fueron al pub de la esquina donde siguieron bebiendo y se fumaron unos petardos. Al salir, él fue para el coche rojo. Los otros makroparrokianos le dijeron que no conducieran; iba todo pelota pero él insistió.

Cogió el coche rojo y en la curva del colektor de coloides no pudo controlar el coche y se fue barranco abajo.

Por suerte abajo había un río y no les pasó nada porque él tenía una barka para hacer "rafting" y en la misma barka habia una piragua y una nevera y una tienda de campaña y una moto y muchos otros utensilios caseros como una caja fuerte, un coche, una cuberteria japonesa, una bujía de Bohemia...

¿Y por qué todo esto? ¡Porque él era Mc Gyver! Pero no el de verdad, sinó el de mentira porque se encontró a un travestí que tenía una moska bietnamita como compañera y esa mosca tenía relaciones con un mosquito de Camboya, que no era religioso. La madre de la mosca le dijo que no porque era racista con los mosquitos y se xkaparon hacia Etiopía donde conocieron a una moska pse-pse-pse que era drogadicta y se hicieron kamellos vendiendo azucar adulterado a un talego el miligramo. Pero la policia les pilló en su casa y descubrió el alijo de azucar.

El gran hijo de puta del policia esnifó de tal manera que un ataque hiperglucémico acabó con su despreciable e inútil vida.

Fue entonces cuando Bartolo se dió cuenta de la verdadera realidad de la vida y mientras caminaba recitando a Calderón de la Barca, y concretamente su memorable "¿Qué es la vida? Un frenesí. ¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción...", Se encontro con la que se había encontrado antes, aquella a la que su reputación precedía. Encendió un cigarrillo y él siguiendo el languido movimiento de la lengua de ella, se quedó abscrito en indecibles sueños de caracter inhumano. Decididamente aquella no era ni su vida, ni su sombra ni su asquerosa calle, ni el ganado de sus sueños.

Después de cabilar un rato, los pies se le hundieron en el asfalto, en ese donde habían rodado el anuncio de Pepe's días antes. Mientras se hundía, envió a la mierda a la tercera parte de la poblacion porque no se acordaba del resto.

Cinco años despues de la terrible catastrofe mundial en la que millones de personas se desintregraron pellejo a pellejo, cachito a cachito, los pocos sobrevivientes habían sufrido unas raras mutaciones. Entre ellos resitía un trozo de lo que había sido el Gran Bartolo Miux.

Cinco siglos aguantando esa lacra mutante y ahora, encima, con los grandes dotes de camuflaje se meten en los burdeles y han consegido augmentar el indice de poblacion desviante en 0'5 puntos los dos últimos años. ¡¡Esto no es legal!!

Todos se le quedaron mirando. Todos eran mutantes. Bartolo Miux era el único humano del bar: Nadie más, solo él, estaba bebiendo zumo de melocotón.

De repente se fijo en una mosca que había dentro del vaso y se quejó al camarero:

-¡Mira imbecil, hay una mosca en el vaso!

-Lo bziento; creí que haber pedido una bosdka con melocotón.

-No me sea giliverdollas, macho, he pedío un vokolotón.

-Llia ba.

Al cabo de un rato, el camarero apareció de nuevo muy asustado.

-Esta usted pálido, señor giliverdollas, tan pálido que pareze un muerto con la cara blanca como un bote de pintura blanca como con la que pinté la pared blanca de mi habitación cuando la pinto de blanco porque hoy la he pintado de rojo y no es que haya quedado mal pero desde que tiene ese color estoy más cachonda por las noches y eso no me gusta. Lo que sí que me gusta es el bokata de foigras que llevo en el mochilo y que no se como se xkrive.

Si no llega a ser por el Dr. Orlandicolors que pasó casualmente por ahí, una masa de mutantes de 4.000 kilos de peso en total se le hubiera avalanzado sin piedad.

El Dr. Orlandicolors era el dueño de la makroparrokia, un pobre loco solitario que se parecía al Dr. Hekyl sin Mr.Hyde. Vivía en una xkerosa torre en la parte de Sanfe del parque de Collserola. A veces aparecía en alguna que otra portada de la revista policial. Si te lo encontrabas, tenias que tener cuidado porque era muy borde. La únika forma de librarte de él era cantarle un rock. Pero no un rock normal, ordinario, sin textura; no, hacía falta que le cantaran un rock muy especial: el rock de las lentillas de la Profe Pico. Pero un momento que es, una mosca, una mosca africana que te pica pero el Dr. Orlantizolors te podrá zampar lateralmente porque literalmente es demasiado culto para él. Por eso tres pallusos que estaban bailando sevillanas con la Profe Pico no bailan sevillanas en el Tropico de Kanzer. Pico era una profesora muy especial porque era una moska: La moska bietnamita que chupaba sangre a los tres pallusos que bailaban sevillanas en el Tropico de Akuario. El primero era una kosa rara con patas, el segundo, otra kosa rara con patas y el último, otra kosa rara con patas. De lo mal que lo hacían, no me atrevo a describirlo pero contaré lo que pasaba con la profe de la Pico.

De la Pico era el padrino del Gran Bartolo. Vivía en una pequeña mansión que estaba debajo de una kueba. Un día Bartolo se kansó de hazer rafting, se tiró a hazer un puenting y cuando cayó se fue a visitar a su padrino a su mansión porque estaba tan hecho cisco de la caida que no podia irse otro día a la makroparrokia sin sufrir cataratas crónicas que es una de las mayores causas del kanzer de olla.

Era viernes noche y los lobos aullaban porque, segun el Gran Livro de las Krapulosidades y demás, los viernes por la noche era cuando tocaba que los lobos aullaran.

Además, por si fuera poco, había niebla. ¡Y no solo eso! También había mucha noche, señora, noche de calidad y a muy buen precio. De rebajas, señora. Dese prisa que se acaban. Noches oskuras tiradas de precio.

Corra que se las llevan.

K.K.E.P 93
SETMANA SANTA A LA SALUT
Ampli Iglesias
Trikinosis Molina
Uva Ubalat
Txavo Claver
Vokimon Garcia
Eli Pairulet
Sandra
MªAngeles
Esther